Leyenda del Castro de Pedrouzos.


Dicen que en el castro de Pedrouzos hay tres minas o vigas, una de oro, otra de plata y otra de alquitrán  Como no se sabe cual es cual, y no se puede tocar pues todo cuanto hay alrededor se quemaría, no se anda buscando las otras dos.

En este castro había también un señor encantado, y una vez paso por allí una mujer que daba de mamar. El encantado a quien nadie veía la llamo para que diera de mamar a un pequeño que el tenia y la llevo por una mina muy larga hasta una casa preciosa. Después de que le dio de mamar, el señor trajo un ungüento y le mando a la mujer que metiera en ella los dedos y que luego le untase los ojos al niño. Así lo hizo, pero ella sin darse cuenta paso los dedos por un ojo suyo y desde entonces veía por el como los encantados.

Al día siguiente era 27 y fue la mujer a la feria de las Cruces de Sobrado y por el ojo que se había untado vio al señor del castro que nadie más veia. En lugar de callar y de no hacer caso, lo llamo aunque el no le hablaba.

Al otro día la mujer fue al castro y el señor le dijo:

-¿ Con que ojo me viste en la feria?

Ella le mostró el ojo y el señor se lo arranco en ese mismo instante.



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