Varios encantamientos del Castro de Cameixa.
En el medio del castro hay una viga de alquitrán que se convertirá en llamaradas en el instante mismo en que se le toque.
En el castro han aparecido muchas cosas de los mouros y también animales vivos que son de su propiedad. Una vez un tal Callobre, que es vecino de Cameixa, encontró una olla entera, mas en cuanto le quiso echar mano se deshizo. Los mouros viven en el castro debajo de la tierra.
Hace tiempo que un individuo yendo al pie de la Casa Grande vio a dos hombres que bajaban del castro, montados en dos machos cabrios y que traían una becerra y una cabra. Y los dos machos le preguntaron por un camino bueno para que no tropezaran los animales.
El hombre, aunque al principio callo, después les mostró el camino bueno, y entonces los forasteros le insistieron para que se llevase la cabra o la becerra.
Escogió la becerra y ellos le mandaron que se la llevase a casa, encargándole que no la tocara hasta que estuviera en su casa. Cuando llegaron el hombre le toco y la becerra se deshizo en plata.
********************************
Al atardecer los vecinos llamaban desde Figueiroa, hacia el castro, a una niña del pueblo.
-"Rosiña, Rosiña ¿Donde andas Rosiña?"
Una moura vieja, con el pelo largisimo, y de negro les decía:
-"Mitad cruda y mitad cocida"
De Rosiña no se encontro más que los zuequitos por el medio de las viñas de Gontelle.
********************************
Dicen que bajo la tierra de Viñao pasan dos vigas, una de oro y otra de alquitrán, que van desde el castro de Figueiroa al monte de Penaguda. Seguro que salen de debajo del crucero de Figueiroa hasta el mismo pie del crucero de Penaguda. Nadie las encontró aunque andaban, todas las noches, con un farol, de arriba a abajo. No hay rastro de la viga de oro, pero si estamos cerca de encontrar el de alquitrán pues al mismo pie del castro pasa un gaseoducto y esta claro que después del gas llega el petroleo.
